La imagen de Reinhold Messner y Krzystof Wilelicki recorriendo abrazados el escenario del Teatro Campoamor tras recibir el Premio Princesa de Asturias de los Deportes tenía un significado que iba más allá del reconocimiento de los incuestionables méritos de ambos. El galardón suponía la reivindicación de una forma de concebir el alpinismo que llevó tanto al italiano como a toda una generación de excelentes montañeros polacos a alcanzar algunas de las mayores gestas que se han registrado dentro de este deporte. Superaron un imposible tras otro, sobre todo en el caso de los polacos con medios exiguos, pero con un compromiso y un espíritu de aventura que les hizo llegar hasta donde nadie lo había hecho antes.
El alpinismo sin aventura, sin riesgo, no es alpinismo. Es otra cosa. Y eso es lo que vino a decir Messner en la conferencia que ofreció en el Teatro Principal de Reinosa. En una breve pero intensa intervención y aprovechando que este año se celebra el 40 aniversario de su ascensión sin ayuda del oxígeno artificial al Everest, el primer hombre que subió a los 14 ochomiles de la tierra apostó por un deporte que supera límites, como hicieron el y Peter Habeler al contradecir a las numerosas voces que en 1978 veían inviable alcanzar los 8.848 metros de la cima de la tierra sin bombonas ni respiradores. Aunque eso sí, matizó, sin perder de vista la esencia.
Polifacético y difusor de la cultura de la montaña, Messner, que estuvo el pasado sábado en el Teatro Principal acompañado de Alex Txikon, se encontró en Reinosa con un público entregado.
El alcalde de la ciudad José Miguel Barrio, el concejal de Cultura Daniel Santos y los integrantes del Club Tres Mares-La Milana le dieron la bienvenida a un acto que había organizado esta última entidad junto al Consistorio.